Como imaginar que esa tarde seria la ultima.
Aun estaba el amor en nuestros cuerpos, húmedos de pasión.
El viaje fue normal, en realidad no tan normal… había una despedida dando vueltas en el aire.
Nunca supuse que seria la ultima despedida, tenia consigo solo la breve nostalgia del hasta luego, pero no la del nunca mas.
Después vino el saludo, la promesa del después y después nada.
Y nada duele…
Duele como nada más en el mundo.